Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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sábado, 8 de enero de 2011

ELOGIO DE LA AMISTAD

  Siempre he tenido en mucho la amistad, y puedo presumir de no haber perdido ni siquiera un solo amigo desde la infancia.

  Es cierto que el afecto se puede enfriar con la ausencia, e incluso "congelar"con el paso de los años...pero tambien lo es que al reanudar el trato, lo que parecía perdido recupera el encanto de sus mejores momentos.

  Desde luego que para que se consolide una buena amistad no es suficiente el deseo de compartir la propia intimidad, sino que se hacen necesarias-por ambas partes-unas cualidades indispensables : sinceridad, generosidad, paciencia, capacidad de comprensión y disculpa...todas necesarias para salir de sí y asumir como propia la vida del otro.

  Hace muchos años me sorprendió una dedicatoria que hacia Miguel Hernandez de un libro suyo a un amigo, no decía  "A...(no recuerdo su nombre) a quien tanto quiero", sino "A ...con quien tanto quise"; lo que entonces me llamó la atención, ahora me ha hecho pensar que lo que verdaderamente une es querer con alguien, compartir los mismos afanes o los mismos problemas...y es que ello conduce , de algun modo, a tener una misma voluntad.

   Y esta experiencia humana es extrapolable a nuestra vida de cristianos. Se entiende bien el empeño de Benedicto XVI en subrayar lo que tenemos en común los cristianos con otras confesiones religiosas como camino privilegiado hacia la unidad.

  Algo similar deseo que ocurra en esta aventura informática que -en mi caso sin experiencia previa- hemos emprendido.

  Deseamos crear un clima propicio  para la unión, y quisiéramos lograrlo haciendo que muchos conozcan y asuman como propios los problemas de esta gran Familia de los hijos de Dios que es la Iglesia.
  Amar a la Iglesia nos debe llevar a saber ver su brillo divino detrás de la suciedad con que nuestra mezquindad cubre su rostro, y es que muchos presumen de cristianos cuando en realidad son "mundanos disfrazados de espiritualidad" ;  amar a la Iglesia se traduce en evitar toda crítica injusta y tener el valor de corregir con prudencia a quienes con su mal comportamiento le hacen daño; amar a la Iglesia debe llevarnos a ofrecernos libremente para suplir en nuestra propia carne -con espíritu de penitencia- lo que "falta a la Pasion de Cristo por su Cuerpo Mistico" -son palabras de San Pablo-, y ese es el motivo de fondo de nuestra página web.
  Nuestros deseos se verán cumplidos si despertamos en algunos un amor apasionado y desinteresado por la que es Nuestra Madre.
  Confio  que nuestro esfuerzo sea fructífero.
  Con todo mi afecto, Aurelio