Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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jueves, 7 de abril de 2011

¿ TENEMOS CLARO LO QUE SIGNIFICA "SER" CRISTIANO ? (Reeditado)

  En nuestros días, se ha oscurecido la conciencia de lo que significa "ser cristiano", y se considera que se es cristiano  por estar incluido en el registro parroquial.., como quien pertenece a una asociación deportiva.  
El "cristiano" acepta que Jesucristo "existió", y valora sus enseñanzas como un ejemplo luminoso de vida...muy lejano de sus posibilidades personales.  

En el fondo ser cristiano sería un  MODO DE PENSAR, y - todo lo más- un modo de actuar, y no un MODO DE SER; para considerarse cristiano bastaría con llevar una vida honesta... y dejarse ver, de vez en cuando, en las reuniones litúrgicas de la Parroquia.

En realidad no se ES cristiano por sostener unas ideas..., sino como consecuencia de un   ENCUENTRO PERSONAL CON CRISTO..., un encuentro que nos cambia por completo la vida.


En estas líneas quisiera reflexionar, con lógica sobrenatural, acerca de la identidad del cristiano.


Antes que nada veo conveniente hacer una observación, y es que las ideas que vamos a exponer no están al alcance de todos..., no significa ésto que se necesite un alto coeficiente intelectual para entenderlas....,porque pueden ser comprendidas por personas de escasa cultura,  lo que sí se necesita es una adecuada disposición hacia la Verdad: sólo quién se deja enseñar - eso es lo que significa "ser dócil"- puede profundizar en la esencia de la vocación cristiana.


Estoy convencido de que tú lo entenderás.


Partimos del  término "IDENTIDAD", que -como sabrás- procede del latín y se descompone en ID-ENS, que podría traducirse por  "AQUELLO  QUE SE  ES".

Queda claro que nos estamos moviendo en el terreno del ser, el que los filósofos llaman "terreno ontológico", y no en el ámbito de las ideas, del simple conocimiento que se considera "terreno gnoseológico".


SI EL SER CRISTIANO AFECTA LA MODO DE PENSAR Y AL MODO DE COMPORTARSE...ES PORQUE ANTES HA SUPUESTO UN VERDADERO CAMBIO DE IDENTIDAD, un cambio de "lo que se es", porque, en expresión clásica de la Filosofía, "el obrar sigue al ser".
Dicho de otro modo, NO SOMOS CRISTIANOS PORQUE CREEMOS...., SINO QUE CREEMOS PORQUE SOMOS CRISTIANOS.


Al bautizarnos cambiamos de identidad, no son palabras atrevidas....son rigurosamente ciertas: el que se sumerge en el agua....muere, desaparece, y emerge alguien distinto; el que era sólo un ser humano...pasa a participar de la misma Naturaleza de Dios, se diviniza.


COMPARTIR NATURALEZA CON EL MISMO DIOS supone "adquirir" nuevas potencias, de conocimiento y de voluntad, que permiten ver la realidad....como la ve Dios, conocerle y conocerse, -eso es la Fe- y amar con el "corazón" de Dios, en eso consiste la Caridad.


POR TENER OJOS EN EL CUERPO PODEMOS VER, POR TENER  FE... PODEMOS CREER.

La Fe  se nos regaló -la mayor parte de las veces sin nuestro consentimiento-, pero no podemos conservarla, una vez llegados al uso de razón, a no ser  que hagamos de ella una opción vital, libre y responsable,  que supone la  renuncia a nuestra vida "de antes", muriendo para el mundo -en palabras de san Pablo-, para vivir como hijos de Dios, como miembros vivos del Cuerpo Mistico de Jesucristo, a  los que Benedicto XVI llama  "CRISTIANOS DE DECISIÓN".


¿Cómo hacernos una idea del modo en que podemos participar en la Naturaleza de Dios?, ¿Cómo salvar la distancia infinita que separa al Creador de su criatura?.

El Amor de Dios ha encontrado el modo de lograrlo:  que el Verbo eterno se humille hasta nuestra condición humana,  glorifique  nuestra naturaleza,  haciendo posible el que podamos hacerla "nuestra", y la comparta con cada uno, que es lo que ocurre en la Comunión.


En su pedagogía divina, el Señor nos comparó con sarmientos unidos a Él, que es la Vid.
Según esta analogía, en el Bautismo se nos injerta en el "árbol de la vida", que es Cristo.

¿Sabes algo de jardinería?.
 Entre los diversos tipos de injertos hay uno que es el "injerto lateral", en el que la planta injertada mantiene sus raices...aunque establece una unión en el tallo del receptor..por la que puede obtener la savia que la revitalizará. 

En la medida en que su alimento lo tome de la planta que lo acoge...puede llegar a prescindir de sus antíguas raices, pasando a ser "de otro"...sin dejar de ser "él mismo".
Si por el contrario opta por  extraer su alimento de la tierra...de nada habrá servido el injerto, quedará interrumpido el aporte de la nueva savia.

También los cristianos podemos renunciar a nuestra condición de miembros del Cuerpo Místico de Cristo...cuando preferimos hacer la vida por nuestra cuenta, cuando rechazamos la presencia operativa Espíritu Santo en nuestra alma.

¿Estás dispuesto a arrancar las raices de tu vida pasada, para tener unidad de vida, para vivir sólo de Dios?

En el símil del injerto  el receptor y el injertado, deben sufrir una herida en su tallo, para establecer el contacto... sin herida no es posible la unión.


Aceptar ser "de Cristo", pertenecer a su Cuerpo,  -eso es "ser cristianos"- exige que unamos nuestro destino al Suyo.
 Al hacerlo hacemos propios sus méritos, su muerte en la Cruz, mientras que Él hace suya nuestra vida, incluidas nuestros trabajos y nuestras culpas, nuestras alegrías y nuestras preocupaciones, y cumple en su propia carne la condena  dictada contra nosotros, contra cada uno.
Su muerte es, entonces, nuestra muerte, y su Resurrección nos permite vivir su Vida, Vida Eterna...propia de Dios.


Estando "en Él",viviendo de Él, su Espíritu es también nuestro Espíritu...el que nos da  Vida divina, el Espíritu al que debemos obedecer.

Hechos Uno con Jesús... su misión redentora pasa a ser misión nuestra..., no tenemos otra meta, y en ella se integra todo lo que hacemos...y todo lo que sufrimos.


Él hace suyos nuestros problemas, por lo que dejamos de tener "problemas personales"; pero al mismo tiempo -como consecuencia lógica de la amistad- hace nuestros los Suyos, por lo que debemos asumir como nuestros todos los problemas de la Iglesia, los problemas de toda la humanidad.


Corresponde a cada uno decidir si acepta la oferta de Dios,   si elige compartir  -a todos los efectos - la vida con Jesucristo..., o prefiere "ir por libre", y gastar nuestro tiempo en una búsqueda ansiosa de una felicidad temporal..., basada en el bienestar y en el éxito, que se nos escapa... como se escapa el agua entre las manos.


                                                                                                  ¿TIENES CLARA TU ELECCIÓN?























martes, 5 de abril de 2011

EL RIO DE LA VIDA

  Siempre he sentido admiración por el ciclo vital del salmón del Pacífico; concebidos en el nacimiento de algunos ríos descienden hasta el mar en un trayecto repleto de riesgos.


Llegan a alejarse miles de Km de la desembocadura de su río mientras se debaten con las olas... y sólo años después se disponen a emprender un complicadísimo viaje de vuelta, nadando contracorriente, hasta el nacimiento del rio del que proceden.


Este esfuerzo titánico lo realizan usando la energía que almacenaron durante su estancia en el mar, pues no ingieren alimento en el trayecto. Se ven obligados a resistir fuertes corrientes y a remontar cascadas...que  parecen insalvables. 


En los tramos finales de su recorrido les espera su enemigo natural, el oso, que aprovecha su inadvertencia y su cansancio para atraparlos, y comerlos como un exquisito manjar.




Los que superan todos los obstáculos alcanzan el lecho tranquilo del lugar de origen..., desovan las hembras y fecundan los machos, ocultando los huevos bajo la arena....hasta la llegada de la primavera; mientras tanto, los padres mueren, por su agotamiento, y su cuerpo servirá de alimento a sus crías.


Esta historia me ha dado siempre mucho que pensar.


Me ha llevado a establecer una comparación con la vida de los cristianos.


Supongamos un río ancho y caudaloso al que vamos a llamar "el rio de la vida"; sus orillas son tranquilas y su corriente central impetuosa.


Nuestra vida se desarrolla avanzando desde la orilla hacia el centro del río.


Como los salmones, estamos llamados a ascender, nadando contracorriente, hasta el origen del río...un parage maravilloso de donde un día salimos, hasta Dios.


La infancia transcurre en la orilla tanquila del río, atendidos por cuidadores-nuestros padres- que tienen la misión de convencernos de la necesidad de remontar el río...,y de enseñarnos a nadar con soltura..., pues no hay otro modo de superar la fuerza de la corriente.
 Al pasar de los años......llegamos a la zona más rápida del rio..., eso  ocurre en la adolescencia.


Pero ha surgido un problema... alguien ha soltado multitud de flotadores, de colores vivos y formas atrayentes, que nos ofrecen la posibilidad de mantenernos a flote...sin necesidad de hacer ningún esfuerzo. Los mismos cuidadores olvidan su deber de enseñarnos a nadar...y  dedican su tiempo a descansar al sol.


Unos y otros disfrutan...sin caer en la cuenta de que van dejándose arrastrar -rio abajo- por la suave corriente.


Olvidan que su destino está allá donde nace el río, y al adentrarse hacia el centro de la corriente...aumentan su velocidad, en un descenso que resulta emocionante...pero que acaba -han preferido olvidarlo- en una cascada mortal.


Desoyen los avisos de peligro...porque bajan entre risas, convencidos de ser...muy afortunados.


Si en su vertiginoso descenso encuentran a alguien nadando extenuado  contracorriente...se burlan de él, lo ridiculizan, animándolo a unirse a su excitante aventura.
Claro está, no es posible a un tiempo nadar...y mantenerse aferrado a los flotadores..., se hace necesaria una elección.


¿ De qué flotadores hablamos?, hay  flotadores verdes, que conceden satisfacciones de todo tipo..., que aportan bienestar; flotadores amarillos, que mueven a  aplaudir a los espectadores...,nos hacen disfrutar el éxito; y flotadores azules que nos dan una sensación de gran seguridad en el futuro..., engañosa, por supuesto.


Cabe destacar que quienes mantienen el esfuerzo de nadar rio arriba...mejoran su físico, y consiguen una singular felicidad, la que se obtiene en virtud de las endorfinas con que es premiado el sacrificio; un gozo que supera con mucho el que se consigue disfrutando sobre los flotadores.


Estos últimos, acomodados en sus colchonetas...no pueden evitar debilitarse, perder masa muscular..hasta llegar a la caquexia.


Este es el dilema vital que se ofrece a cada ser humano: disfrutar la vida, eludiendo el sufrimiento..., o afrontar el peso de los propios deberes, en un servicio continuado a los demás..., en el que, con olvido de sí, logran un alto grado de realización personal.


Varias décadas atrás, eran escasos los flotadores...,y la corriente del río era mansa, de modo que resultaba relativamente fácil  aprender a nadar; hoy, por desgracia, abundan los flotadores...y la corriente es intensa:  sólo puede ser remontada por nadadores experimentados.

¿Tienes claro que tu destino está en el origen del río?


¿Eres de los que renuncias a los flotadores...y te mantienes luchando.. por  nadar contracorriente?

¿Has experimentado ya el efecto placentero de las endorfinas?


No actues con  insensatez, como quienes prefieren ignorar lo que les espera al final del descenso...con tal de disfrutar de unos minutos de emociones fuertes.