Ella siguió sus pasos, atendió a sus necesidades, le acogíó en su Corazón amabilísimo..., en una palabra: vivió para El hasta el último instante de su vida en la Tierra.
Cada uno de los que, a lo largo del tiempo, nos hacemos hermanos de Cristo encontramos un lugar de privilegio en su Corazón de Madre.
DESPUÉS DE SU ASUNCIÓN AL CIELO, superadas las limitaciones que le imponía su vida temporal, SE DEDICA AL CUIDADO DE CADA UNO DE SUS HIJOS...COMO SI FUÉSEMOS HIJOS ÚNICOS.
Cuando afirmamos que María es "Nuestra" Madre estamos reconociendo que se nos entrega, sin condiciones y sin medida, para hacernos corto y fácil el camino que nos lleva a su Hijo.
Pasados los años, vuelvo la mirada atrás, al camino recorrido, y ME CONMUEVE COMPROBAR EL CARIÑO CON QUE LA SANTÍSIMA VIRGEN SE HA MANTENIDO SIEMPRE...AL ALCANCE DE MI MIRADA.
En estos días de preparación para la fiesta de la Inmaculada Concepción, en que celebramos su Novena, HE QUERIDO RECORDAR ESAS IMÁGENES A TRAVÉS DE LAS CUALES MI MADRE DEL CIELO ME HA HECHO SENTIR SU PRESENCIA.
Mis juegos de niño eran observados por la VIRGEN DE LA CARIDAD, patrona de Loja (Granada), mi pueblo; su Ermita estaba muy cerca de mi casa, y a su puerta nos divertíamos los amigos, visitándola muy a menudo.
En mis años en la Universidad de Navarra, en Pamplona, quedé seducido por la belleza serena y elegante de SANTA MARÍA,MADRE DEL AMOR HERMOSO, a la que visitábamos en la Ermita del Campus. Ella me sostuvo en mis estudios y despertó en mí un profundo cariño, que mantengo hasta el dia de hoy.
En Murcia, adonde llegué en 1987, redescubrí a NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, CUYA IMAGEN, MILAGRÓSAMENTE PLAMADA,TIENE PARA MÍ UN ATRACTIVO SINGULAR, COMO UN RETRATO REAL DE MI MADRE DEL CIELO.La he colocado por todos los lugares en los que despliego mi actividad, para que no haya un solo instante en que esté lejos de su mirada.
Puedo asegurar que MI VIDA NO HUBIESE SIDO IGUAL SIN MARÍA. En respuesta a su solicitud maternal he querido corresponder manteniendo firmes algunas devociones marianas:
Tantas advocaciones no significan que haya "muchas vírgenes", sino que todas son como "distintas fotografías" de la única Virgen, Madre Nuestra, que no deja de contemplarnos con infinito cariño...desde el Cielo.