Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

INDICE TEMÁTICO DEL BLOG, CON ENLACES A LAS ENTRADAS, Y ORIENTACIÓN SOBRE SU CONTENIDO...


viernes, 24 de junio de 2011

CORPUS CHRISTI, CORPUS MARIAE

NOTA PREVIA
Si algo de lo que expongo en este blog no está en sintonía con la Doctrina de la Iglesia, no tendré inconveniente en aceptar mi error.

¿Cabe pensar en una "presencia oculta" de la Santísima Virgen María en la Sagrada Eucaristía?
Trataré de exponer mi punto de vista como cristiano.

Cuando nos bautizamos somos "injertados" en Cristo, de modo que pasamos a ser de un modo nuevo "suyos", miembros vivos de su Cuerpo Místico.
Esa oportunidad de "compartir naturaleza con Dios" se hace posible gracias a la glorificación de nuestra naturaleza humana operada en Jesucristo: una vez divinizado, el cuerpo humano se hace 
"compartible".


En nuestra condición temporal nuestros cuerpos son intransferibles e impenetrables: exclusivos de aquel que los recibió como propios.
Podemos anhelar la unión con una persona amada...pero sólo llegamos a un abrazo, cuya fuerza expresa ese deseo; ese comentario, salido del alma de muchas madres, cuando tienen en sus brazos a su hijo pequeño: ¡te comería!, manifiesta aún más fielmente el significado del amor: querer "hacerse uno con quien se ama".


Son los límites que impone nuestra condición de criaturas sometidas al tiempo y al espacio.
Sólo la Gracia divina puede hacer de dos...uno.

La Gracia es una participación en la Naturaleza divina, que para nosotros se hace posible "en Cristo".

EL VERBO ETERNO "TOMÓ" LA NATURALEZA HUMANA "DE" MARIA, y sólo de Ella;  es insuficiente decir que fué concebido "en sus entrañas", JESÚS TOMÓ EL CUERPO DE SU MADRE


 Fué esa misma naturaleza, tomada de la Virgen, irrepetible, la que alcanzó la gloria tras el duro sufrimiento de la Pasión y de la muerte de cruz.


¿Quién puede dudar de que la presencia de Santa María en Jesús es del todo singular?
Bien podríamos decir que  la Madre de Jesús sufrió "en su propia carne" el martirio de su Hijo, mereciendo el título de Corredentora con toda justicia.


Todos aquellos que, a lo largo del tiempo somos incorporados a Cristo, de  modo misterioso, fuimos concebidos en el seno de María de Nazaret...aquel dichoso día de la Anunciación.


Esto significa que decir que la  Madre de Jesús es nuestra madre, no es una frase bonita...sino una realidad ontológica.
Si fuimos concebidos en Nazaret...nuestro parto tuvo lugar en el Calvario: del costado abierto de Cristo nace la Iglesia, o lo que es lo mismo,somos dados a luz -con la Cabeza- el resto del  Cuerpo Mistico de Cristo.


Cabe una reflexión teológica: 
SI NUESTRA PARTICIPACIÓN EN LA DIVINIDAD SE LOGRA POR LA PARTICIPACIÓN EN LA NATURALEZA HUMANA GLORIFICADA DE CRISTO...-HABLAMOS DE GRACIA DE JESUCRISTO- AL HACERNOS UNO CON ÉL NOS HACEMOS UNO, TAMBIÉN CON SU MADRE, QUE TAMBIÉN ES NUESTRA.


Se entiende bien que todas las gracias nos lleguen a traves de María, Medianera entre Dios y los hombres, pues de Ella fué tomada la naturaleza que un día, por la Bondad de Dios, pudimos hacer nuestra.


Cuando "saboreamos" este Pan vivo, que es alimento del alma, ese Pan que nos convierte en Aquel que recibimos, que nos hace uno con Él...y en Él con todos, no podemos menos que mirar con cariño y agradecimiento a Nuestra Señora, que -como no podía ser de otro modo- no se separa nunca de su Hijo, y se oculta, como es su costumbre, en el trasfondo de la Eucaristía.