Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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jueves, 31 de marzo de 2011

LOS KILATES DEL AMOR

Los joyeros suelen valorar el oro en función  de su pureza, es decir, del número de partes -sobre 24-  que tiene de "oro fino" respecto al contenido en aleaciones...sea de plata y cobre (para el oro amarillo), o de paladio (para el oro blanco).


Un oro de 18 kilates contiene 18 partes de oro fino...y 6 de aleación; un oro de 24 kilates carece de otros metales.

Me propongo realizar un paralelismo entre la pureza del oro....y la calidad del amor.


Antes que nada se hace necesario aclarar qué se entiende en nuestro ambiente por AMOR.


Si prestamos atención al Diccionario de la R.A.E., el término "amor" tiene varias acepciones:

1) Atracción sexual y emocional. 
2) Intenso afecto e inclinación hacia alguien...   
3) Suavidad y dulzura en el trato.
4) Cuidado con el que se hace una cosa.

5) Relación sexual...........


Como podemos comprobar, en casi todos los casos el término "amor" hace referencia a los sentimientos y a las emociones...., mientras que el protagonismo de la voluntad brilla por su ausencia.


En síntesis, se sobrevalora el cortejo de emociones y sentimientos que produce el amado en el que ama...y se ignora la respuesta a esa atracción.


Las dos caras de la moneda del amor fueron magistralmente descritas por S.S. Benedicto XVI en su primera Encíclica :"Deus caritas est" de Diciembre de 2005.


Distinguía en ella el amor de posesión, el EROS, del amor de donación,  el ÁGAPE.


Es cierto que el mérito del amor no está sólo en el que ama...pues el que es amado atrae al que le ama, precisamente, por su "amabilidad"; es el amado el que conquista, el que seduce.., y ante esa atracción  se puede reaccionar  de diveros modos, modos que califican el amor.


El gozo del conocimiento del amado debe desencadenar una respuesta de entrega que debe ir acompañada del sacrificio, de la subordinación del propio bienestar...al verdadero bien del que se ama, en esa respuesta es la voluntad la que debe someter a las demás potencias para hacer posible la entrega.

Quizás pensarás que todo esto, siendo interesante, parece muy teórico...., y preferirías que descendiésemos al terreno de lo práctico, a la vida ordinaria.


  Si el amor puro lleva a  "hacerse el otro", a asumir como propia su vida, sus intereses, sus ilusiones, sus necesidades, sus problemas..., intentaremos establecer una escala de la pureza del amor, en analogía con los diversos tipos de oro.


a) Hacer propias las alegrías...es lo que exige menor sacrificio. A ese amor no podríamos asignarle mas de 14 kilates.

b) Compartir sentimientos, inquietudes, preocupaciones y penas...es un segundo nivel de calidad del amor...si no traspasa el muro de la propia subjetividad.

c) Asumir como propios sus intereses y sus problemas,sus necesidades, poniendo a su servicio lo que tenemos y lo que somos...es muestra de un amor de más kilates.
Quien ama de este modo, cuando no está en su mano la solución de esa necesidad, intercede en su nombre, le presta su voz y su tiempo, y "reza por él ".., en su lugar, cuando él no reza,...suplicando "como si rezara él".


 


d) Aceptar como propias sus cargas, sus ocupaciones...y ofrecerles el hombro: " Llevad unos las cargas de los otros, y así cumpliréis la Ley de Cristo"(Gal 6, 2), supone mayor excelencia del amor. 




e) Ama con amor de muchos kilates quien asume como propias las deudas del otro..., y las salda con el capital que posee (eso hacen los padres con los hijos)


e) El más puro de los amores lleva al que ama a hacer propias las culpas del que ama. Se dispone a cumplir en su persona la condena que merece el otro...¿cabe mayor identificación?, quien así ama lo da todo...sin esperar nada a cambio:  la identificación  es  plena, paga con su vida para que aquel a quien ama ...no la pierda.Ese es el amor de 24 kilates. El "amor propio" está muy por debajo de ese nivel.


Cuando hablamos de "dar la vida", no nos referimos necesariamente a dejarnos matar...pues da la vida el que da su tiempo, el que lucha por alcanzar su "mejor yo"..para que el amado pueda alcanzar el suyo.


Es bueno que cada uno reflexione sobre la calidad de su amor....,¿sabemos "querer bien", o nos buscamos a nosostros mismos cuando decimos "querer mucho" a quienes tenemos cerca?


Tal vez estés pensando...esto está muy bien, pero es utópico...,¿hay alguna posibilidad real de amar de este modo?


Sólo hay una posibilidad de amar con un amor de 24 kilates, con un Amor que sólo está "a la altura de Dios"...,que ES AMOR, y es querer con el Corazón de Dios.
 
¿Pero cómo es posible?  Para entenderlo hemos de condiderar que el amor de Dios no es un sentimiento, por muy vehemente que fuera,..sino que es una Persona, una Persona que puede habitar en nuestra alma, el Espiritu Santo...( y con Él el Padre y el Hijo, pues los tres..son UNO), y Él nos mueve... cuando le dejamos ponerse al  servicio de nuestra realización personal.