Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

INDICE TEMÁTICO DEL BLOG, CON ENLACES A LAS ENTRADAS, Y ORIENTACIÓN SOBRE SU CONTENIDO...


jueves, 28 de abril de 2011

¿QUÉ ENTENDEMOS POR "VIVIR UNA DOBLE VIDA" ?

 Puesto que " el espíritu es el que "da vida" (Jn 6,63), tener "doble vida" supone dejarse mover...por dos espíritus...en direcciones diferentes.





En el argot de la vida espiritual tiene doble vida el que trata de hacer compatible su condición de mundano con la de cristiano, el que se mueve por una estrecha senda que discurre entre la intención de evitar una ofensa grave a Dios   ...( no tanto por amor, como por miedo a las consecuencias que le puede acarrear) y el deseo de obtener el máximo bienestar temporal; este estado del alma, tradicionalmente se ha conocido como tibieza.


Probablemente en ese estado vivió Judas la última etapa de su "seguimiento" de Cristo.


Quién así vive, pretendiendo engañar a Dios...se engaña a sí mismo, porque cae en una  trampa de Satanás, que le hace considerar que está "vivo",  que tiene vida sobrenatural, cuando es él el que lo manipula, como a marioneta...,moviendolo a su antojo... por medio de los "hilos" de la concupiscencia".


 El tibio, todo lo más, está vivo...pero como el que permanece "en coma",  a merced de aquél que le retiene, y al que le basta "desconectar el respirador" para consumar el homicidio.


Puede que no ofenda gravemente a Dios...pero no puede evitar indignarle, pues con su "mimetismo cristiano" ofrece una imagen deformada y repulsiva de Aquél a quien debe "hacer visible", alejando de Jesús a muchos que estaban llamados a ser sus amigos íntimos.


Se entienden las palabras tan duras que pone el Espíritu Santo en boca del Angel de la Iglesia de Laodicea: "Conozco tus obras, que no eres frio ni caliente.¡ Ojalá fueras frío o caliente!. Así, porque eres tibio.....voy a vomitarte  de mi boca." (Apc 3, 15-16).


Una persona "fría", dentro de su actitud egoista, no confunde a quienes le tratan: se ha abandonado a la deriva de sus deseos desordenados..., y -en este sentido- podríamos decir que tiene cierta "unidad de vida".


Pero quien pretende servir a dos señores...no puede evitar decantarse por alguno de ellos, y teniendo en cuenta que Dios nunca "impone"su presencia en el alma, sino que se presta a servirnos por amor...., respetando nuestra libre decisión, y que el Maligno se toma la "libertad" de manipular con engaño y por odio, es casi seguro que acabará atrapado por Satanás.

Por otro lado, ¿como puede entenderse que un cristiano, templo del Espíritu Santo, teniendo "dos espíritus" (su alma humana y el Espíritu de Dios) pueda no tener "doble vida"?


El secreto de la unidad de vida del cristiano radica en la perfecta "sincronización" de su entendimiento y de su  voluntad ...con el Entendimiento y la Voluntad divinas. Toda la voluntad humana se aplica a hacer propia la Voluntad de Dios, de modo que no pueden distinguirse "dos voluntades"...sino una.


Quien está determinado a ser santo bien podría dirigirse al Señor con esta oración: "Señor, quisiera no tener mas que una voluntad...la Tuya". Esto, lejos de lo que pueda parecer, no significa una "renuncia" a la voluntad  propia, sino todo lo contrario:  asumir como propia la voluntad de Dios es el uso más perfecto posible de la voluntad que cabe en el ser humano.


Sólo queriendo lo que quiere Dios estamos en camino de lograr ....la plena realización personal..., nuestro mejor yo.


Pienso que el que no quiere renunciar a disfrutar de su vida temporal, y tampoco quiere rechazar definitivamente a Dios...vive en la mentira. No sabe que el tipo de "felicidad" que puede alcanzar mientras forcegea con Dios para "tratar de imponerle su voluntad"...es tan precario que está muy lejos de la verdadera Paz; aunque pretenda relegarla al subconsciente...vive en constante tensión interior.


Sólo quien se abandona en las manos de Dios está en condiciones de afrontar una lucha seria contra los poderosos enemigos de nuestra vida divina, y esa lucha, aunque esté jalonada de derrotas...conduce a una contundente victoria final, victoria que está en la base de la verdadera alegría del cristiano.