Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

INDICE TEMÁTICO DEL BLOG, CON ENLACES A LAS ENTRADAS, Y ORIENTACIÓN SOBRE SU CONTENIDO...


viernes, 25 de marzo de 2011

¿Y SI MARÍA HUBIESE DICHO ¡NO! ?

                                    ANUNCIACIÓN EN IMÁGENES
                          (Pincha aquí para ver un power point de la Virgen)


Hoy, 25 de Marzo, Fiesta de la ANUNCIACIÓN  DE LA VIRGEN, recordamos -probablemente 2017 años después- el momento en que la Virgen María recibe la visita de el Arcángel Gabriel, y conoce el plan que había trazado Dios para su vida.


Entonces, uniendo la suya a la Voluntad divina, hizo posible la Encarnación del Verbo.


Quizá hemos dado por supuesto que el "sí " de María  era la única respuesta posible.  Ella, que tenía "sus planes", los subordinó a la propuesta divina.


Pero, ¿y si, ante la dificultad y la trascendencia de lo que se le pedía, en un gesto de aparente humildad, se hubiese derrumbado..., y hubiese contestado a Gabriel:  " ¡ Ésto es demasiado para mí...; sólo soy una adolescente de Galilea, busca a alguien mejor preparada que yo !


Es cierto que Ella había sido adornada, para esta misión, con todas las gracias que caben en la más perfecta de las criaturas...., pero  ¿acaso Eva estaba sometida a la concupiscencia cuando cayó en la tentación de Satanás ?.

La madre de nuestra Familia humana podría haber rechazado esa sibilina tentación, y haber continuado el proyecto divino, ya  iniciado junto a Adán ...., pero no lo hizo. Su pecado, con el que se solidarizó su esposo, el primero y el más grave cometido por el ser humano, dañó la naturaleza que habíamos de heredar sus descendientes en el futuro.


Quiero decir con ésto que el SÍ de la Virgen fue fruto de una decisión libre, y  por tanto muy meritorio.


¡No quiero ni pensar qué hubiese ocurrido si la Doncella de Nazaret hubiese rechazado la embajada del Arcángel...! ¿Hubiera quedado frustrada la Redención de la Humanidad?, ¿Hubiera planeado Dios otro modo de rescatarnos....? , da vértigo pensar en la primera posibilidad.


Afortunadamente esas preguntas no necesitan respuesta, porque la Llena de Gracia se abandonó, con una diligencia activa, en las manos de Dios. ¡NUNCA PODREMOS AGRADECÉRSELO SUFICIÉNTEMENTE!


Desde ese inefable momento de la Humanización del Verbo Eterno, que -en las purísimas entrañas de María- comienza el proceso de desarrollo embriológico, idéntico al de cualquiera de nosotros, hasta el final de su paso por el tiempo, de su Asuncion a los Cielos, los planes que se le fueron desvelando, aparecían a menudo como contradictorios; ¡ cuántas veces tuvo que superar su lógica humana...y dejarse guiar a través de un camino cuya coherencia sólo estuvo clara...al final !.


Nosotros tratamos de justificar la resistencia a obedecer a Dios, pensando: " ¡claro, si a mí se me hubiera aparecido un Ángel...también hubiese respondido que sí !


En realidad el  Creador ha trazado un meticuloso plan para cada ser humano... al que dirige el soplo de la vida.


Lo propio de la voluntad libre del hombre, no es diseñar su futuro, sino descubrirlo con la razón (iluminada por la Fe), y asumirlo personalmente.  Y siendo así, Dios debe haber asegurado el modo en que cada ser humano descubre su vocación, el sentido de su vida, a través de "voces", internas y externas.


El problema surge cuando el desorden de la concupiscencia  acaba volviéndonos sordos a la voz de Dios...y a sus ecos.


Pensándolo bien, si a María fue Gabriel el que -en nombre de Dios- le dió a conocer su papel en el Proyecto divino de la Redención, a nosotros es el mismo Dios, "en Persona", en su Segunda Persona, el que nos descubre el nuestro.


María mantenía una actitud de escucha, que le permitió reconocer la voz de Dios en la del Arcángel...,¿ y nosotros, sabemos prestar atención a la Persona de Jesucristo, a su vida y a sus palabras?


Conociendo a Jesús, descubrimos el sentido de nuestra vida: nuestra identidad, nuestra misión en el tiempo, y nuestro destino eterno....,¿nos disponemos a cultivar un trato de verdadera amistad con Él, para conocerle y conocernos?...

 Aunque los planes de Dios se refieren a cada instante de nuestra vida - pues nunca improvisa-, ha preferido dejar un margen a nuestra iniciativa; cuando mantenemos la "preocupación " de secundar en todo Su  Voluntad, de conocerla en la oración y con la ayuda de la dirección espiritual, de realizarla -con su gracia- en el día a día...Nuestro Padre del Cielo se complace en nuestra inquietud...


La Santísima Virgen no sólo nos ha dado un ejemplo perfecto de humildad y de obediencia, sino que, engendrando a la Cabeza de Aquél en Quien estábamos "llamados a ser", nos concibió;  y sufriendo como propia su muerte en la Cruz, nos parió -con dolor- para la vida eterna, de modo que, con toda propiedad, podemos llamarla  ¡ MADRE !.


¿Cómo no estarle agradecidos; cómo no recordar ese momento de su Sí, cada día, en el  Ángelus; cómo no cultivar una devoción sólida y tierna hacia Ella?


Nuestra Madre, Santa María, nos ayudará a responder a los planes divinos, a cumplir la parte del proyecto de corredención que se nos asigna a cada uno, con la sencillez y la humildad de quien se reconoció .. propiedad de Dios.











jueves, 24 de marzo de 2011

SALDAR, CON "CALDERILLA".....,UNA DEUDA MULTIMILLONARIA

  Hemos venido al mundo con una enorme deuda heredada..., deuda que nos hemos encargado de acrecentar con tantos pecados personales; puede decirse por ello que estamos en estado de verdadera indigencia.


Esta "bancarrota espiritual" nos aboca al más temible de los desastres..., a menos que nos sea perdonada esa deuda, ¡ no tenemos otra alternativa !.


Pero, ¿ somos conscientes de tan precaria situación ?,  pienso que, en gran parte de los casos, ¡ no!
 "Olvidada" nuestra condición de criaturas... dependientes,  y engañosamente endiosados, llegamos a pensar que "no debemos nada a nadie".


Sin embargo, ignorar un débito no lo anula; aunque no queramos aceptarlo... seguimos teniendo, con Dios, una deuda astronómica.


Nos lo hace entender Jesús en la parábola del "siervo despiadado"(Mt 18, 21-35) ese hombre debía  a su Dueño nada menos que 10.000 talentos
    Para ilustrar esa cantidad, bastan algunas referencias;  por aquel entonces, los impuestos anuales pagados por Judea, Galilea, Idumea, Samaria y Perea...ascendian a 800 talentos;  un esclavo, jóven y fuerte, valía un talento; el oro del Arca de la Alianza valía menos de 30 talentos..., en resumidas cuentas: 10.000 talentos era una cantidad impagable.

Traducida a nuestros días podría equivaler a más de 4 millones de euros, unos 669 millones de las antíguas pesetas.


También nosotros estamos en la situación del siervo, nuestra deuda es real, y tenemos necesidad de reconocerla...., para estar en condiciones de suplicar que nos sea perdonada.

Nuestro Dios, que es compasivo y misericordioso, está dispuesto a saldarla, a asumirla como propia..., pero nos pone una condición: que  perdonemos  a los que nos deben.... "cantidades insignificantes".


¡Qué bueno es Dios, qué singular su justicia, pues nos pone al alcance de la mano monedas menudas, a cambio de las cuáles está decidido a condonar nuestra elevadísima deuda!.

Pero, ¡ qué fácil es comportarse como el siervo malvado de la parábola,  que  sobrevaloraba las deudas ajenas..., siendo  implacable a la hora de cobrarlas, mientras se permitía ignorar las suyas !.

Oí decir que los seres humanos llevamos nuestros defectos  a la espalda, como en una mochila cargamos nuestros errores, de modo que son evidentes para todos..., menos para nosotros, pues están fuera del alcance de nuestra mirada.


¡ Con qué facilidad  juzgamos y condenamos!...,sin considerar que, haciéndolo, nos estamos condenando a nosotros mismos, porque  ¿quién podría soportar un juicio justo de Dios?


  Estando, como estamos,tan necesitados de perdón, debemos aprender a descubrir esas "monedas", de escaso valor humano, pero indispensables para conmover el corazón de Dios, para disponerlo al perdón; debemos  tenerlas a buen recaudo, a la espera del momento en que deberemos rendir cuentas de la gestión que Nuestro Dueño nos encomendó.


¿Que cuáles son esas monedas?, Responde a estas preguntas:


¿Cómo reaccionas ante comentarios irónicos y despectivos, que despiertan tu amor propio y te mueven a la descalificación y a la agresión verbal?  Si controlas tu reacción de soberbia..¡ has conseguido una moneda!.


¿Y si te hacen esperar en una cita, a tí que te consideras importante, o te acaban dando un plantón?, si eres paciente y tratas de disculpar a ese amigo tan "desconsiderado"...¡conseguiste otra moneda!.


¿Y si eres objeto de una acusación verdaderamente injusta?,  si eres capaz de no justificarte, de pasar por culpable..siempre que no puedan darse daños a otros...¡moneda a la hucha!


¿Cómo sobrellevas los defectos de las personas con las que vives?, sus observaciones impertinentes, su desorden material, sus imposiciones...



¿Cómo te comportas ante  personas cargantes e inoportunas? ¿acabas cometiendo una falta de caridad...., o las soportas, dando muestras de pleno autodominio ?.


¿Te indignas ante los oportunistas en las incidencias diarias del tráfico?


¿Cómo reaccionas cuando eres menospreciado, cuando no parecen contar contigo, y te ningunean en la vida profesional ?


Podríamos enumerar muchas más, pero detrás de cada una de  estas situaciones, y de tantas similares, se esconde una moneda de gran valor...a los ojos de Dios.



No basta con resignarse a coger algunas de esas monedas, a regañadientes, es preciso buscarlas, agradecerlas como algo valioso, hasta llegar a tener una cierta "avaricia" de no dejar pasar ni una.


Con el montón que acumulamos, cuyo valor de mercado es despreciable, ablandamos el corazón de un Padre que está deseando hacer cuenta rasa de nuestra  aplastante deuda.


Bien claro queda en el Evangelio de San Lucas: "No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados..., porque con la misma medida con que midiéreis...se os medirá (Lc 6, 36-38)


Aunque, a primera vista  parezca difícil  comportarse así, aunque entendamos que  su precio es demasiado alto, en realidad se trata de un precio simbólico, de una oportunidad irrepetible...que nadie debería dejar pasar.