Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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jueves, 24 de marzo de 2011

SALDAR, CON "CALDERILLA".....,UNA DEUDA MULTIMILLONARIA

  Hemos venido al mundo con una enorme deuda heredada..., deuda que nos hemos encargado de acrecentar con tantos pecados personales; puede decirse por ello que estamos en estado de verdadera indigencia.


Esta "bancarrota espiritual" nos aboca al más temible de los desastres..., a menos que nos sea perdonada esa deuda, ¡ no tenemos otra alternativa !.


Pero, ¿ somos conscientes de tan precaria situación ?,  pienso que, en gran parte de los casos, ¡ no!
 "Olvidada" nuestra condición de criaturas... dependientes,  y engañosamente endiosados, llegamos a pensar que "no debemos nada a nadie".


Sin embargo, ignorar un débito no lo anula; aunque no queramos aceptarlo... seguimos teniendo, con Dios, una deuda astronómica.


Nos lo hace entender Jesús en la parábola del "siervo despiadado"(Mt 18, 21-35) ese hombre debía  a su Dueño nada menos que 10.000 talentos
    Para ilustrar esa cantidad, bastan algunas referencias;  por aquel entonces, los impuestos anuales pagados por Judea, Galilea, Idumea, Samaria y Perea...ascendian a 800 talentos;  un esclavo, jóven y fuerte, valía un talento; el oro del Arca de la Alianza valía menos de 30 talentos..., en resumidas cuentas: 10.000 talentos era una cantidad impagable.

Traducida a nuestros días podría equivaler a más de 4 millones de euros, unos 669 millones de las antíguas pesetas.


También nosotros estamos en la situación del siervo, nuestra deuda es real, y tenemos necesidad de reconocerla...., para estar en condiciones de suplicar que nos sea perdonada.

Nuestro Dios, que es compasivo y misericordioso, está dispuesto a saldarla, a asumirla como propia..., pero nos pone una condición: que  perdonemos  a los que nos deben.... "cantidades insignificantes".


¡Qué bueno es Dios, qué singular su justicia, pues nos pone al alcance de la mano monedas menudas, a cambio de las cuáles está decidido a condonar nuestra elevadísima deuda!.

Pero, ¡ qué fácil es comportarse como el siervo malvado de la parábola,  que  sobrevaloraba las deudas ajenas..., siendo  implacable a la hora de cobrarlas, mientras se permitía ignorar las suyas !.

Oí decir que los seres humanos llevamos nuestros defectos  a la espalda, como en una mochila cargamos nuestros errores, de modo que son evidentes para todos..., menos para nosotros, pues están fuera del alcance de nuestra mirada.


¡ Con qué facilidad  juzgamos y condenamos!...,sin considerar que, haciéndolo, nos estamos condenando a nosotros mismos, porque  ¿quién podría soportar un juicio justo de Dios?


  Estando, como estamos,tan necesitados de perdón, debemos aprender a descubrir esas "monedas", de escaso valor humano, pero indispensables para conmover el corazón de Dios, para disponerlo al perdón; debemos  tenerlas a buen recaudo, a la espera del momento en que deberemos rendir cuentas de la gestión que Nuestro Dueño nos encomendó.


¿Que cuáles son esas monedas?, Responde a estas preguntas:


¿Cómo reaccionas ante comentarios irónicos y despectivos, que despiertan tu amor propio y te mueven a la descalificación y a la agresión verbal?  Si controlas tu reacción de soberbia..¡ has conseguido una moneda!.


¿Y si te hacen esperar en una cita, a tí que te consideras importante, o te acaban dando un plantón?, si eres paciente y tratas de disculpar a ese amigo tan "desconsiderado"...¡conseguiste otra moneda!.


¿Y si eres objeto de una acusación verdaderamente injusta?,  si eres capaz de no justificarte, de pasar por culpable..siempre que no puedan darse daños a otros...¡moneda a la hucha!


¿Cómo sobrellevas los defectos de las personas con las que vives?, sus observaciones impertinentes, su desorden material, sus imposiciones...



¿Cómo te comportas ante  personas cargantes e inoportunas? ¿acabas cometiendo una falta de caridad...., o las soportas, dando muestras de pleno autodominio ?.


¿Te indignas ante los oportunistas en las incidencias diarias del tráfico?


¿Cómo reaccionas cuando eres menospreciado, cuando no parecen contar contigo, y te ningunean en la vida profesional ?


Podríamos enumerar muchas más, pero detrás de cada una de  estas situaciones, y de tantas similares, se esconde una moneda de gran valor...a los ojos de Dios.



No basta con resignarse a coger algunas de esas monedas, a regañadientes, es preciso buscarlas, agradecerlas como algo valioso, hasta llegar a tener una cierta "avaricia" de no dejar pasar ni una.


Con el montón que acumulamos, cuyo valor de mercado es despreciable, ablandamos el corazón de un Padre que está deseando hacer cuenta rasa de nuestra  aplastante deuda.


Bien claro queda en el Evangelio de San Lucas: "No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados..., porque con la misma medida con que midiéreis...se os medirá (Lc 6, 36-38)


Aunque, a primera vista  parezca difícil  comportarse así, aunque entendamos que  su precio es demasiado alto, en realidad se trata de un precio simbólico, de una oportunidad irrepetible...que nadie debería dejar pasar.











1 comentario:

  1. Encontraras Dragones...
    nos da, una leccion de perdonar,,,,,,,,,
    del amor,con Mayúscula,,,,,,,,
    y la paz; "" el no, ala guerra"" ( internas )
    Perdonad, y seréis perdonados.....

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