Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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viernes, 20 de mayo de 2011

¡ UN DIOS...AGRADECIDO !

 El agradecimiento es ese sentimiento que experimenta una persona que se sabe en deuda con otra, porque le ha hecho algún bien, le ha prestado un servicio o le ha hecho un regalo; en todo caso supone el haber recibido algo inmerecido.


"DE BIEN NACIDOS ES SER AGRADECIDOS", dicta el refrán. 

UNA CONCIENCIA CLARA DE NUESTRA CONDICIÓN DE CRIATURAS DEBE LLEVARNOS A ACEPTAR NUESTRA RADICAL DEPENDENCIA: recibimos la vida como un don, y a lo largo de nuestro paso por el tiempo...necesitamos de los demás, y ellos nos necesitan, NOS NECESITAMOS MÚTUAMENTE.

En este sentido, queda claro que LA GRATITUD ES VIRTUD PROPIA DE PERSONAS HUMILDES, de personas que viven "situadas en la realidad"; ser agradecidos es, sin duda, un SIGNO CLARO DE CALIDAD HUMANA.


Entonces, ¿por qué es tan infrecuente el agradecimento en nuestros días...sobre todo entre los jóvenes?


La explicación más profunda quizá esté en que -contagiados por la mentalidad mundana, inspirada por el "príncipe de este mundo"- han "olvidado" su condición de criaturas, y endiosados -seréis como dioses- entienden que todo les es debido.

Reconocer una necesidad supondría un "signo de debilidad" en quien vive convencido de su autosuficiencia.



La conclusión es clara: SI EL AGRADECIMIENTO ES MANIFESTACIÓN DE HUMILDAD...LA INGRATITUD LO ES DE SOBERBIA.


Quien se sabe necesitado agradece las ayudas que recibe. El agradecimiento por todo, aún por lo insignificante, es un rasgo propio del comportamiento de los santos.


Por otro lado, nuestros jóvenes, esclavos de sus deseos y embotada el alma por la saturación de satisfacciones sensibles, han quedado incapacitados para el reconocimiento de los valores, y no siendo conscientes de los beneficios recibidos...¿cómo podrían agradecerlos?, empezando por la vida, siguiendo por la salud, la amistad o la lealtad.


Esta actitud de "egoismo ciego" bien podría calificarse de "autismo espiritual"; encerrados en el caparazón de sus intereses desordenados son incapaces de percibir lo que las personas de su entorno -especialmente los padres- hacen por ellos.


Considerando que el agradecimiento es la respuesta humana a un favor recibido...¿cabe el agradecimiento en Dios, que nada necesita, que siendo Perfecto -como Acto Puro- no puede ser "enriquecido" con nada?


Podría parecer que la respuesta debería ser negativa,  pero hay un pero.


DIOS ES  AMOR, Y COMO TAL ESTÁ PRESENTE -de diversos modos- EN TODAS SUS CRIATURAS, (de otro modo no existirían),  Y EN ELLAS HACE SUYOS SUS PROBLEMAS Y SUS NECESIDADES.

Él mismo se ofrece para servir a quienes ama, valiendose de aquellos en quienes anhela "estar", de sus hijos.
Cuando un cristiano, movido por el Espíritu de Cristo, por el Espíritu Santo, pone su inteligencia y sus manos al servicio de la Providencia de Dios, y colabora -en su nombre- en el cuidado de toda la Creación, mediante la atención a la familia, la tarea profesional, o la presencia activa en la vida pública...despierta en Dios el mismo agradecimiento que hubiera causado atender a "necesidades divinas".


Y es que  Dios prefiere cruzarse en  nuestro camino como un indigente..más que como un Dueño exigente.


ME CONMUEVE CONSIDERAR QUE TODO UN DIOS PUEDA ESTARME AGRADECIDO  POR UN SERVICIO PRESTADO A SUS CRIATURAS...ESPECIALMENTE A QUIENES HA ADOPTADO COMO HIJOS. 

Bien claro lo expresa Jesús: " Y todo el que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños  por ser mi discípulo, en verdad os digo que no quedará sin recompensa" (Mt 10, 42).


Y SI ENTRE LOS HUMANOS EL AGRADECIMIENTO SE TRADUCE EN UN REGALO, QUE SIGNIFICA "EL DON DE LA PERSONA", CUANDO QUIEN ESTÁ AGRADECIDO ES EL MISMO DIOS...SU "REGALO" ES EL DON DE SÍ, REALIZADO MEDIANTE SU PRESENCIA EN EL ALMA. 


Dios no se resiste a las personas serviciales, a quienes anteponen el bien de los demás al bienestar propio, y se entrega a ellas permitiéndoles compartir su Vida divina; sólo en un servicio generoso y desinteresado podemos lograr la verdadera felicidad.