"DE BIEN NACIDOS ES SER AGRADECIDOS", dicta el refrán.
UNA CONCIENCIA CLARA DE NUESTRA CONDICIÓN DE CRIATURAS DEBE LLEVARNOS A ACEPTAR NUESTRA RADICAL DEPENDENCIA: recibimos la vida como un don, y a lo largo de nuestro paso por el tiempo...necesitamos de los demás, y ellos nos necesitan, NOS NECESITAMOS MÚTUAMENTE.
Entonces, ¿por qué es tan infrecuente el agradecimento en nuestros días...sobre todo entre los jóvenes?
La explicación más profunda quizá esté en que -contagiados por la mentalidad mundana, inspirada por el "príncipe de este mundo"- han "olvidado" su condición de criaturas, y endiosados -seréis como dioses- entienden que todo les es debido.
Reconocer una necesidad supondría un "signo de debilidad" en quien vive convencido de su autosuficiencia.
La conclusión es clara: SI EL AGRADECIMIENTO ES MANIFESTACIÓN DE HUMILDAD...LA INGRATITUD LO ES DE SOBERBIA.
Quien se sabe necesitado agradece las ayudas que recibe. El agradecimiento por todo, aún por lo insignificante, es un rasgo propio del comportamiento de los santos.
Por otro lado, nuestros jóvenes, esclavos de sus deseos y embotada el alma por la saturación de satisfacciones sensibles, han quedado incapacitados para el reconocimiento de los valores, y no siendo conscientes de los beneficios recibidos...¿cómo podrían agradecerlos?, empezando por la vida, siguiendo por la salud, la amistad o la lealtad.
Esta actitud de "egoismo ciego" bien podría calificarse de "autismo espiritual"; encerrados en el caparazón de sus intereses desordenados son incapaces de percibir lo que las personas de su entorno -especialmente los padres- hacen por ellos.
Considerando que el agradecimiento es la respuesta humana a un favor recibido...¿cabe el agradecimiento en Dios, que nada necesita, que siendo Perfecto -como Acto Puro- no puede ser "enriquecido" con nada?
Podría parecer que la respuesta debería ser negativa, pero hay un pero.
Él mismo se ofrece para servir a quienes ama, valiendose de aquellos en quienes anhela "estar", de sus hijos.
Y es que Dios prefiere cruzarse en nuestro camino como un indigente..más que como un Dueño exigente.
ME CONMUEVE CONSIDERAR QUE TODO UN DIOS PUEDA ESTARME AGRADECIDO POR UN SERVICIO PRESTADO A SUS CRIATURAS...ESPECIALMENTE A QUIENES HA ADOPTADO COMO HIJOS.
Y SI ENTRE LOS HUMANOS EL AGRADECIMIENTO SE TRADUCE EN UN REGALO, QUE SIGNIFICA "EL DON DE LA PERSONA", CUANDO QUIEN ESTÁ AGRADECIDO ES EL MISMO DIOS...SU "REGALO" ES EL DON DE SÍ, REALIZADO MEDIANTE SU PRESENCIA EN EL ALMA.
Dios no se resiste a las personas serviciales, a quienes anteponen el bien de los demás al bienestar propio, y se entrega a ellas permitiéndoles compartir su Vida divina; sólo en un servicio generoso y desinteresado podemos lograr la verdadera felicidad.
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