Probablemente en ese estado vivió Judas la última etapa de su "seguimiento" de Cristo.
Quién así vive, pretendiendo engañar a Dios...se engaña a sí mismo, porque cae en una trampa de Satanás, que le hace considerar que está "vivo", que tiene vida sobrenatural, cuando es él el que lo manipula, como a marioneta...,moviendolo a su antojo... por medio de los "hilos" de la concupiscencia".
Puede que no ofenda gravemente a Dios...pero no puede evitar indignarle, pues con su "mimetismo cristiano" ofrece una imagen deformada y repulsiva de Aquél a quien debe "hacer visible", alejando de Jesús a muchos que estaban llamados a ser sus amigos íntimos.
Una persona "fría", dentro de su actitud egoista, no confunde a quienes le tratan: se ha abandonado a la deriva de sus deseos desordenados..., y -en este sentido- podríamos decir que tiene cierta "unidad de vida".
Pero quien pretende servir a dos señores...no puede evitar decantarse por alguno de ellos, y teniendo en cuenta que Dios nunca "impone"su presencia en el alma, sino que se presta a servirnos por amor...., respetando nuestra libre decisión, y que el Maligno se toma la "libertad" de manipular con engaño y por odio, es casi seguro que acabará atrapado por Satanás.
Por otro lado, ¿como puede entenderse que un cristiano, templo del Espíritu Santo, teniendo "dos espíritus" (su alma humana y el Espíritu de Dios) pueda no tener "doble vida"?
Quien está determinado a ser santo bien podría dirigirse al Señor con esta oración: "Señor, quisiera no tener mas que una voluntad...la Tuya". Esto, lejos de lo que pueda parecer, no significa una "renuncia" a la voluntad propia, sino todo lo contrario: asumir como propia la voluntad de Dios es el uso más perfecto posible de la voluntad que cabe en el ser humano.
Pienso que el que no quiere renunciar a disfrutar de su vida temporal, y tampoco quiere rechazar definitivamente a Dios...vive en la mentira. No sabe que el tipo de "felicidad" que puede alcanzar mientras forcegea con Dios para "tratar de imponerle su voluntad"...es tan precario que está muy lejos de la verdadera Paz; aunque pretenda relegarla al subconsciente...vive en constante tensión interior.
Sólo quien se abandona en las manos de Dios está en condiciones de afrontar una lucha seria contra los poderosos enemigos de nuestra vida divina, y esa lucha, aunque esté jalonada de derrotas...conduce a una contundente victoria final, victoria que está en la base de la verdadera alegría del cristiano.
yo soy yo, pero no soy mio...
ResponderEliminar