Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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domingo, 13 de febrero de 2011

TIEMPO Y ETERNIDAD

  ¿Quién no ha hecho un ejercicio de imaginación tratando de prolongar el tiempo...hasta el infinito?
La misma Santa Teresa de Jesús, de niña, se estremecía repitiendo "para siempre, para siempre, para siempre..."


Muchos piensan que eso de la eternidad es un tiempo inacabable..., pero no es así ; en realidad, tiempo y eternidad son dos dimensiones distintas, como distintos son el peso y el volumen. Si tuviéramos que establecer una comparación entre ellas, diríamos que la eternidad es "un instante que nunca empezó...y que nunca acabará".


Por eso, tiempo y eternidad son "compatibles", y la vida eterna no es una prolongación indefinida de nuestra vida temporal..., sino un tipo de vida diferente, una vida singular.
Sabemos que lo que "da" la vida es el espíritu : el espíritu humano da vida humana, temporal, y el Espíritu divino - el Espíritu Santo- da Vida divina : esa Vida que se recibe al ser adoptados por Dios en el Bautismo, y que se sostiene y acrecienta mediante esa Comida, propia de los hijos de Dios, que es el Pan Vivo de la Eucaristía, en el que, comiéndonos al Autor de la Vida, nos hacemos "uno con Él, y con todos en Él"... al compartir su mismo Espíritu.

Quiero decir que quienes aceptan al Espíritu Santo como Huésped del alma, como motor de la Vida, como Aquel que inspira sus pensamientos, enciende sus afectos, e incóa sus obras..., mientras viven en el tiempo ...viven también Vida eterna, la Vida propia de Dios.
Para quien vive así, perder la vida temporal no tiene más valor que perder el vestido..., no afecta a la verdadera salud.


Me gusta pensar que cuando asisto a la Santa Misa...hago una excursión del tiempo a la eternidad ; para nosotros, a los ojos humanos,  es algo que repetimos semanalmente, o a diario, pero en realidad no es así : aunque hayamos acudido miles de veces a Misa, a lo largo de nuestra vida...siempre hemos participado "en la misma Misa", en la única Misa.

Es un misterio, y como tal supera nuestra capacidad de comprensión, que un acontecimiento ocurrido en la Historia, "se escape " del tiempo y del espacio, y sea de perenne actualidad...siempre y en todas partes, ¡cómo podremos agradecérselo a Dios!


Por eso, confieso que cuando, en la Eucaristía, se llega al momento de la Consagración, soy consciente de que detrás del aspecto del sacerdote, y del timbre de su voz, Quien está hablando, en realidad, es el mismo Jesús, y dice algo que sólo ha dicho una vez : asistimos "en directo" a la Institución de la Sagrada Eucaristía, realizada en el Cenáculo.
No es un ejercicio de imaginación, sino un conocimiento de Fe, fruto de una verdadera participación en el Entendimiento divino.


Tomar conciencia de este acontecimiento, da sentido a nuestra participación, consciente y activa, en el Sacrificio del Altar.
Presenciar -en directo- ese momento irrepetible, de por sí, sería algo  profundamente conmovedor, que marcaría nuestra vida....,pero es mucho más, porque gracias a nuestra condición de miembros vivos del Cuerpo Místico de Jesucristo, no somos sólo espectadores privilegiados..., sino coprotagonistas de su entrega al Padre, para el rescate de la Humanidad y de toda la Creación: en esos momentos adquiere valor divino la ofrenda de nuestra vida, en holocausto espiritual, nuestras obras y nuestros sufrimientos.


Para muchos, la Santa Misa es aburrida...porque sólo la contemplan con los ojos del cuerpo..., equivaldría a llevar a un ciego a una exposición de pintura, pero ¡no!, el "espectáculo" de la Eucaristía solo es visible...con los ojos del alma, aunque  la belleza de la Liturgia hace entrever  la inefable belleza de nuestro Dios.







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