Habría que concluir que EL ESTADO DE ÁNIMO TIENE SÓLO UN VALOR RELATIVO A LA HORA DE DETERMINAR EL GRADO DE VIDA INTERIOR DE UN CRISTIANO.
Entonces, ¿cuál debería ser el criterio válido para juzgar sobre la "solidez espiritual" ?
¿ESTÁ CONTENTO DIOS CONMIGO?, ¿SÍ?...pues entonces "voy bien", resulta secundario si tengo el ánimo alto o bajo.
Podríamos preguntarnos: ¿Y CÓMO PUEDO SABER SI DIOS SE COMPLACE EN MÍ?, y la respuesta la encontramos respondiendo a otra pregunta: ¿ESTOY PREOCUPADO POR HACER LO QUE ÉL QUIERE?, ¿ANTEPONGO LO QUE ESPERA DE MÍ A MI PROPIO CRITERIO O GUSTO?. ¿SÍ?, pues entonces "gozo de buena salud" aunque esté atravesando por graves problemas.
Trataremos de HACER EN CADA MOMENTO LO QUE DEBEMOS, lo que nos dicta la conciencia, y "ESTAR" EN LO QUE HACEMOS, procurando hacer las cosas de la vida ordinaria...de manera extraordinaria, con la mayor perfección humana posible- a Dios no se le pueden ofrecer chapuzas- y con el deseo de agradarle.
PUEDO AGRADAR A DIOS HACIENDO ALGO QUE ME GUSTA...O DESAGRADARLE HACIENDO ALGO QUE ME CUESTA,TODO ESTÁ EN QUE PRETENDAMOS O NO OBEDECERLE.
PUEDE OCURRIR QUE ESTEMOS SUFRIENDO SIN MÉRITO ALGUNO PORQUE LA CAUSA DE NUESTRO SUFRIMIENTO NO ES EL AMOR A DIOS, SINO NUESTRA RESISTENCIA A ASUMIR COMO PROPIA SU VOLUNTAD, a renunciar a algo que nos atrae, y que no entra en los planes de Dios, o a aceptar algo que exige vencimiento personal.
SI NOS MUEVE UN DESEO EFICAZ DE AGRADAR A DIOS PRONTO COMPROBAREMO QUE LA CARGA QUE NOS CORRESPONDE COMO MIEMBROS DEL CUERPO MÍSTICO DE CRISTO...ES LIGERA, y todo serán alegrías en nuestra vida, aunque tengan sus raices en forma de Cruz.
hoy concretamente, me esta sirviendo de mucho.
ResponderEliminarel texto. gracias