La consecuencia de esta actitud resulta evidente: conduce a quienes la asumen a una verdadera ESCLAVITUD DE SUS DESEOS....experimentada como "libertad".
Pero, ¿acaso es cierto que el tiempo, que se nos escapa como el agua entre las manos, es la única oportunidad, irrepetible,que se nos ofrece para alcanzar la felicidad?
Quien lo malgasta quedará condenado a la mas lamentable de las pobrezas.
No me refiero a la necesidad de resignarnos a pasarlo mal mientras peregrinamos por la Tierra... a la espera de disfrutar en el Cielo, ¡nó!, se trata más bien de CAMBIAR NUESTRO "MODELO DE FELICIDAD".
Y es que SÓLO TENEMOS AQUELLO QUE DAMOS, SÓLO NOS POSEEMOS CUANDO NOS ENTREGAMOS. Cuando nos decidimos a "vivir para Dios", asumiendo como propia su Voluntad, cuando nos ofrecemos a Él como siervos, es el mismo Dios quien se pone a nuestro servicio, se hace Siervo nuestro, se nos da, sin medida y sin condiciones...salvo las que le impone nuestra personal generosidad.
De este modo, PERMITIENDOLE A DIOS "VIVIR COMO PROPIA NUESTRA VIDA ", inspirar nuestros pensamientos, incoar todas nuestras obras, se produce un increible intercambio: LLEGAMOS A VIVIR COMO PROPIA LA VIDA DE DIOS.
¿CABE MAYOR FELICIDAD?
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