Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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domingo, 20 de febrero de 2011

MI AMIGA ALEXIA (III) , ¡ REZA POR MI AMIGO!

A pesar del tiempo transcurrido- Alexia se fué al Cielo el dia 5 de Diciembre de 1985-, los recuerdos de tantos momentos compartidos con ella siguen muy vivos en mi memoria.

Es cierto que siendo, como era, una persona "muy normal", no es posible relatar sucesos extraordinarios....., y si algo extraordinario ocurría en su vida era el modo sencillo y sobrenatural de vivir los acontecimientos más ordinarios.


Hoy quisiera detenerme en la consideración de su alma sacerdotal.

Sólo quien luchaba desde muy niña en la obediencia a la voluntad de Dios, "Jesús, que yo haga siempre lo que Tú quieras" era el lema de su vida, podía hacer propios los problemas y las necesidades de los demás;  y es que se distinguía por una especial sensibilidad ante los sufrimientos de los otros, muy especialmente de los niños que, como ella, padecían enfermedades graves....
Los seguía muy de cerca, "estaba en sus cosas", al tanto de su evolución, de las incidencias de cada dia, de sus cumpleaños, de sus alegrías y de sus penas.


Alexia era consciente del valor que tenían ante Dios su sufrimiento físico y su sufrimiento moral; sabía que sus oraciones, avaladas por un sacrificio personal, eran atendidas siempre en el Cielo...., y sabía elegir los momentos más idóneos para presentar sus súplicas..., en particular en los encuentros diarios con Jesús en la Eucaristía.


A lo largo de la enfermedad, rara vez dejó de comulgar - por imposibilidad física- , y siempre que le anunciaban la llegada del Santísimo, procuraba que todo estuviera en orden, y sobre todo se disponía con verdadera hambre de unión con Él.


Muchas veces fuí testigo de esos momentos ...., Alexia se recogía en una conversación íntima y relajada con su Jesús, con Aquel a quien tanto quería desde su infancia; se abstraía del entorno, los presentes respetábamos el silencio, y sólo unos minutos después pedía que le acercaran un papel en el que tenía apuntadas, en una lista casi interminable, sus peticiones...; recurría a ella para no correr el riesgo de olvidarse de alguna..., tan importantes eran para ella:

-Por toda la gente que reza por mí
-Por las amigas de mamá
-Por el Papa y por la Iglesia, 
-Por el novio de la enfermera de Radioterapia,
-Por Ignacio, para que se cure,
-Por Aurelio y por su hermana Araceli
........, y así una lista de más de cuarenta peticiones.


Conscientes del tesoro de sus súplicas, recurríamos a ella en busca de ayuda, para nuestra vida personal, para nuestras responsabilidades profesionales, y sobre todo para el apostolado: Alexia, por favor, pide por fulanito..., y ella lo añadía a la lista.

Y a menudo acudía a visitarla, acompañado de alumnos, o de compañeros, buscando el impacto que solía causar en quienes se admiraban de su buen humor, de su paz, de su capacidad de crear un clima confortable.


Y nuestras peticiones no caían en saco roto..., sino que, con frecuencia, se interesaba por la marcha de esos asuntos: ¿cómo va lo de tu amigo?, preguntaba.


Su corazón se había dilatado, y en él cabían todos; ella se sabía "pastor", al cuidado de los demás, y por eso se sentía responsable de las "vacas" (así se refería al hablar de los indiferentes con Dios).


Esta actitud, en una adolescente de 14 años, resultaba sorprendente, y manifestaba cláramente su progreso en la vida interior, que la enfermedad había acelerado...


Alexia demostraba una madurez humana y sobrenatural infrecuente a su edad; ella, que no había puesto obstáculos a la gracia, desarrolló las virtudes humanas y cristianas, resultando muy grata ante Dios, y haciendo muy agradable su compañia, para los que tuvimos el privilegio de ser contados entre sus amigos.


Si entonces destacaba por su celo apostólico, ahora desde el Cielo nos atiende mucho más.
¡Qué alegría tener una amiga así..., que intercede ante el Señor... para facilitarnos la vuelta a Casa!.







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